viernes, 12 de noviembre de 2010

Leyendas Ecuatorianas

Una parte muy importante de la literatura ecuatoriana, sin lugar a duda son las leyendas, historias que han pasado de generación en generación, dando explicaciones mitológicas y fantásticas a acontecimientos de la nuestra historia.
Las leyendas ecuatorianas se han ido perdiendo junto a la tertulia y al arte de conversar. En tiempos antiguos las largas veladas se animaban contando leyendas, las familias o amigos se reunían al final de las meriendas al escuchar alguna leyenda contado por algún narrador que en ocasiones era el más anciano de la familia.
Las Leyendas son una fuente de sabiduría y tradición, son una ventada a las costumbres y creencias de nuestros ancestros. Las leyendas ecuatorianas son un cofre sin abrir, muchas de las leyendas más importantes son poco conocidas y han sido olvidadas durante mucho tiempo.
A continuación les mostrare una pequeña síntesis de algunas de las leyendas más importantes de nuestro país, leyendas que relatan historias sobre lugares y hechos muy conocidos por todos pero contado de una manera impresionante...

El Hada del Santana

Recién fundada la ciudad de Guayaquil por el capitán Orellana, al pie del cerro Santa Ana, antes conocido como cerrito verde, entonces allí comienza la interrogante ¿Desde cuándo es llamado Santa Ana? ¿Por qué? Respondiendo a estas incógnitas aparece la siguiente leyenda cuenta una vieja de raza negra, lavandera de oficio, que hace siglos antes de  los huancavilcas existían en aquel cerro existía un pueblo de hombres negro de larga cabellera, gobernados por un rey de desmedida ambición por las riquezas, sus guerreros desataban guerras en los pueblos para llevar a los pies de su rey los más impresionantes tesoros y piedras preciosas. Se convirtió en uno de los hombres más ricos de la tierra, su palacio era majestuoso, con la techumbre de plata, un puente colgante de oro, y además 4 leones con fantásticos rubíes como ojos.
Este rey tenía una hermosa hija, ella un día enfermo, su padre desesperado, llamo a un mago para que ayudara a su hija, al mago le ofreció riqueza y poder si podía salvar a su hija, el mago respondió que la única manera de salvarla era que el rey regrese sus tesoros a sus legítimos dueños, el rey muy molesto respondió, mientes le dijo al mago, que muera mi hija entonces antes de renunciar a mis tesoros, el mago le contesto por ser tan avaro te hundirás en la tierra, el enfadado rey dijo  tú te irás conmigo! E intento agarrar al mago, este antes de ser atrapado desapareció en una nube de humo sin antes condenar al vil rey a desaparecer junto con su hija y su riqueza, y cada siglo, la bella de tu hija saldrá y encontrara a un hombre que preferirá su belleza antes que el tesoro y así la cima del cerro se abrió sepultando todo el tesoro del rey incluyendo su majestuoso castillo e inmediatamente una espesa selva cubrió el lugar…
Así lo encontraron los huancavilcas, luego año 1544 al que aparecieron los españoles, una noche de luna 4 españoles, estaban reunidos con un indio, quien había aprendido bien el español, cuando de repente escucharon un estruendo como una gran puerta rechinar, acompañado con un rugido de león, el indio asustado cubrió sus ojos uno de los muchachos pregunto ¿qué sucede? Va a despertar exclamo el indio, es entonces cuando les contó la historia del avaro rey y su hija, al terminar uno de los jóvenes intrigado por la historia, al amanecer; llego hasta la cima, al llegar encontró un roble junto a una piedra cansado, se sentó a descansar, de repente una hermosa joven apareció, con la apariencia de hada, cubierta de sutilísima seda, con su dorada cabellera, le dijo sígueme si no eres cobarde, el sin titubear siguió a la hermosa joven, de repente llegaron hasta la entrada de una cueva, donde encontraron un sin número de tesoros, el joven estaba maravillado de tantas riquezas. La hermosa joven dijo Afortunado mortal que has llegado hasta aquí valerosamente, eres digno de ser recompensado y lo serás, todas estas preciosidades serán tuyas si no prefieres llevarme a mí, yo cuidare tu existencia y disipare tus penas, seré tu compañera en el rudo camino de la vida y cuando mueras te llevare a donde está la luz eterna, donde todo es dulzura y alegría... 
El joven solo respondió sabes cara bonita me voy con el tesoro, en ese momento se escucho un gran estruendo y el avaro rey despertó, le dijo !Mísero! lo has perdido todo, si hubieras escogido a mi hija todo el oro hubiera sido tuyo, más bien nos has vuelto a condenar por otro siglo, pero ahora tu vendrás con nosotros, en ese instante el rey intento agarrar al muchacho, él en ese momento empezó a pedir ayuda  a su patrona Santa Ana, cuando de repente una fuerza superior lo arrebata y lo deposita suavemente en la tierra, los colonos quedaron fascinados al ver el milagro de Santa Ana y es cuando en la cima del cerro donde se encontraba el roble se coloco una cruz con el nombre de Santa Ana y es como el cerrito verde fue conocido como Santa Ana…  Tendremos que esperar que se cumpla otro siglo para volver a ver a la hermosa hija del avaro rey como una bella hada paseando por el cerro, esperando que un hombre la prefiera a ella en lugar de sus tesoros…


Palla y el Tesoro de los LLanganatis

Todos en algún momento habremos escuchado del tesoro perdido de los Llanganatis, el cual hasta ahora su paradero continua siendo un misterio...
Cuenta la leyenda que Palla esposa de Atahualpa, era una mujer hermosa se delicada piel, ojos de almendra, ninguna otra mujer doblego así el corazón del guerrero. 
Poco después el soberano comenzó a encontrar desperfectos en los vestidos de su amada, ninguno le convenía ninguno resaltaba si hermosa figura, pensó que tan finos atuendos deberían ser confeccionados de oro puro... Un día se le acerco y le dijo, Eres muy hermosa,  Palla coqueta sonrió... Su esposo respondió quiero para ti el manto soñado por las ñustas, es por esto que te llevare a las regiones ignotas de los Llanganatis, la vez primera yo te guiare, de ahí en adelante cuando precises mas oro te bastara simplemente la compa ñía de mi guardia favorito. Hoy saldremos sin ser vistos, nos protegerá la noche... Palla muy emocionada siguió a su esposo, lunas después llegaron a Tasinteo, la princesa, fue a pararse en lo mas alto del picacho "El pongo" a admirar las tierras del Tungurahua, sin querer ser vista, pero precisamente a esa hora el sol, resbalaba sobre las rosas blancas, esa luz la ba ño, mostrándola como un pedazo arcoiris por su ropaje de oro y pedrerías. Los campesinos quedaron maravillados al ver tanta belleza... 
El soberano sorprendido por la curiosidad de los campesinos ordeno inmediatamente regresar los campesinos tristes le gritaban a la princesa,! Vuelve hermosa Palla!. 
Año tras año la princesa realizaba el mismo recorrido justo a sus fieles guardias, los indígenas acudían a su paso a admirarla y a besar el borde de su dorado manto, los campesinos suspendían sus actividades solo por verla pasar. 
Por aquellos días los habitantes del reino de Quito lloraban la prisión de Atahualpa, unos se animaban unos a otros pensando en la protección divina de su soberano, pensando como unos blancos, unos tristes "Tzalas", unos "viles gallinazos" podrían matar al hijo del sol. La princesa ya no hacia su recorrido los campesinos sufridos la aparición de la princesa, pensado que ella mismo en persona les anunciaría la muerte de su gobernante, un día apareció con unas pobres vestiduras anunciando que se debería sacar el oro de los LLanganatis para pagar el rescate de su amado, una caravana salio de los Llanganatis a pagar el rescate de Atahualpa. La princesa lucia triste, vestía como el fruto amargo de los cardos, ella solo decía yo vestía oro para hacer feliz el corazón de mi esposo...
Lunas después, se conoció la noticia de la muerte de Atahualpa, los indígenas lloraban la muerte de su rey y la pena de la princesa...
Desde  aquel día la princesa no fue vista , todos coinciden con el mismo pensamiento, Palla debe estar en la puerta de los Llanganatis , vestida de espinas como el cardo, llorando desde las lejanías, esperando el día de aparecer ante sus fieles campesinos, vestida igual a las demás mujeres con una "IIiclla" cubriendo las cenizas de su alma...

Las leyendas nos intrigan nos inspiran a seguir buscando explicaciones sobre los acontecimientos, nos invitan a hacer una irreflexión sobre las creencias de nuestros ancestros, sobre sus costumbres y a hacer una comparación de su estilo de vida con el nuestro, en fin las leyendas son una ventana al pasado, con una visión mitológica y fabulosa...

FUENTE: Leyendas Ecuatorianas, publicaciones Ariel

ALEJANDRA ARELLANO

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