Un 15 de noviembre de 1922 fue una fecha que marco la historia de los ecuatorianos, pero en especial la de muchos guayaquileños que vivieron una experiencia que nunca quisieran recordar.
Para inicios de siglo el país gozaba de una bonanza económica, el sector que mayor producía era el cacaotero. Las exportaciones de la “pepa de oro” cada vez se incrementaban, dándole así una gran importancia al puerto de Guayaquil que concentraba la mayor riqueza del país.
Los principales productores de cacao vivían en el extranjero, mientras sus cacaotales rendían lo suficiente para darles a sus hijos la mejor educación en el viejo continente y a sus mujeres las mejores vestimentas de aquella época.
En la ciudad porteña se respiraba un aire de prosperidad ya que los trabajadores ganaban muy bien y así poder mantener a sus familias. Al enterarse de la estabilidad económica de la ciudad, miles de indígenas y montubios emigraron a Guayaquil para poder conseguir empleo en los cacaotales de cualquier forma posible. A ellos les toco el trabajo más duro, por ejemplo tuvieron que cargar, estibar, pelar, secar la pepa del cacao. He aquí donde se comienza a distinguir a cada trabajador por su estrato social.
Pasaron muchos años de bonanza hasta que las plagas azotaron a los cacaotales, dando como resultado una devastación de los mismos. Los trabajadores de la “pepa de oro” se quedaron sin empleo por ende no tenían los recursos para mantener a su familia. Las exportaciones cayeron porque el mercado extranjero ya no quería nuestro cacao por su calidad. Además el país sufría por la devaluación del sucre y todos sus ciudadanos morían de hambre en las calles por las pestes que rondaban por las ciudades.
En fin el cacao término su época dorada cayendo a un abismo muy profundo, en el año 1921.
Un grupo de trabajadores se organizo para marchar en contra del gobierno, para reclamar por la mala administración del país y hacer exigir sus derechos, viendo esta paralización las autoridades al mando de José Luis Tamayo,deciden reprimir todas sus acciones con mano dura, finalizando esta manifestación con cientos de personas que fueron asesinadas a balazos y lanzadas al río Guayas.
DIEGO ANDRADE
Fuentes Bibliográficas
Excelente, caballero.
ResponderEliminarMuy buen aporte. Precisamente, de ese catastrófico suceso se origina "Las cruces sobre el agua" de Joaquín Gallegos Lara, que va más allá de la historia de Alfredo Baldeón y su amigo Alfonso: muestra a través de la literatura realista un hecho fatal.
Sólo una corrección, y disculpe el atrevimiento, en la primera línea tiene escrito "1992", cuando debiera ser "1922". Solamente eso.
Muy bueno, señor.
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ResponderEliminaroaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa oaaa
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