viernes, 28 de enero de 2011

La palabra y yo

Considero a la palabra como un herramienta, que si es usada correctamente puede ser una gran aliada a la hora de tomar decisiones, pero si no la sabemos emplear puede tornarse en un arma en nuestra contra. Pues es tan poderosa que es capaz de matar, literalmente hablando, a un individuo.
Muchos la toman como un bien tan preciado que no merece ser mancillado, pues para ellos es la sustentación sonora de sus más sinceros sentimientos y deseos, por ende la convierten en la prueba irrefutable y la garantía de su honestidad hacia las demás personas. Sin embargo otros la emplean como un medio para engañar a sus semejantes, utilizándola a su conveniencia para satisfacer sus egoístas deseos; sin importarle que su historial con la palabra quede determinado como poco confiable.
Contaré una breve relato acerca de mi experiencia con la palabra. Cierta ocasión una persona muy allegada a mi, me dio su palabra que ella sería honesta conmigo, que nunca me engañaría y que confíe plenamente en sus palabras, pues eran sinceras. Ingenuamente creí en sus promesas pero luego me enteré que aquellas palabras habían sido frases lindas que no eran ciertas; me engañó y lo peor de todo, traicionó su palabra y nunca la cumplió, provocando que yo desconfíe en las palabras de las otras personas.
Sin embargo me recuperé de ese golpe emocional, aprendí de aquella situación y comprendí que las palabras que te dicen las personas, debes tomarlas con serenidad, no desconfiar completamente en ellas, pero si guardar siempre el beneficio de la duda para nosotros; con el objetivo de estar preparados para cualquier eventualidad negativa, como las mentiras ó las traiciones.
A criterio personal, pienso que nadie confía plenamente en las palabras de las personas porque después de todo, saben que la debilidad humana es mentir. Una solución ante esto.... que todas las personas del mundo sean honestas, algo que es simplemente es una utopía.
Pero existe una solución más factible para evitar la desconfianza en la palabra de alguien; es s que simplemente las personas no utilicen su palabra para solventar algo que ellos saben que no pueden cumplir ó no sienten realmente. Es decir no prometer ni empeñar sus palabras por el bien de ella y de las personas que las escuchan.


Jimmy Vásquez B.



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