Siendo este un blog de arte, quisiera compartirles algo de mi arte, aquí les dejo una obra teatral de mi autoría sobre la historia y fiestas de la ciudad de Guayaquil. Si la leen con un poquito de imaginación, la van a disfrutar mucho :D!
A GUAYAQUIL...
Niña: abuelito me puedes ayudar, tengo que preparar una obra sobre como se celebraba las fiestas en Guayaquil... imagínate taaanto trabajo y lo peor es que no tengo idea sobre que escribir. ¿Cómo celebrabas tú las fiestas abue?
Abuelo: ay, ha pasado tanto tiempo, ¿sabias que yo conocí a tu abuela en esas fiestas?
Niña: en serio, no lo sabía. ¿Donde está mi abuelita?, para que los dos me cuenten sobre como se conocieron
Abuelo: amor ¿recuerdas cómo nos conocimos?
Abuela: si, yo me acuerdo cuando tu abuelito era un niñito, yo iba siempre a la misa en la catedral, y tu abuelo jugaba en la Plaza de la Estrella.
Abuelo: tu abuelita era una niña bien bonita, con su vestido de gala, y su mantilla, siempre tan bonita.
Niña: ¿que plaza de la estrella?
Abuelo: ahora le dicen parque de las iguanas, pero se la conoce de muchas formas.
Abuela: como parque simón Bolívar o parque seminario, allí se realizaban las fiestas del patrono de la ciudad, Santiago, y tu abuelo estaba siempre en los juegos que allí se hacían.
Abuelo: como podría olvidarlo tu abuelita salía de misa, como es costumbre en la fiesta del santo, y toda la ciudad estaba arreglada y lista para empezar los pregones. Estaban lo juegos tradicionales, que eran para los chicos, como el palo encebado.
Abuela: tu abuelo esta compitiendo en la carrera de los ensacados, el siempre ganaba.
Abuelo: y como no si tenia que impresionar a tu abuelita. También teníamos las ollas mágicas.
Niña: ¿qué son esas?
Abuela: se parecen a las piñatas tenían ranas, anilina, dinero y caramelos, ahora le ponen más cosas, esas que le gustan a los niños de ahora
Niña: suena divertido, ¿solo hacían eso? O ¿había algún otro acto especial?
Abuela: también ponían una gran tarima como para palco por las corridas de toros en la plaza de Sto. Domingo y comedia en la Concepción o Matriz. Y todos comíamos los típicos muchines con miel, o las humitas y chocolate de el cacao de las fincas, recuerdo que traían ese queso fresco del campo bien saladito.
Abuelo: había un pregón como los de ahora, una vez en el colegio desfile en ese pregón con el traje de mi abuelo y un fusil
Abuela: se veía tan elegante. Ese día me cortejó con amorfinos
Niña: enserio abuelito, ¿que le decías?
Abuelo: unas coplas que me enseñaba mi papá y otras las hacía yo, tenias que ser bien hábil para cortejar a las muchachas.
Abuela: pero dile a la niña unos ejemplos para que los escriba en su trabajo.
Niña: si abuelito
Abuelo:
· Si el corazón me pidieras, del pecho me lo sacara, a que tu lo poseyeras, sin corazón me quedara.
· Señorita yo soy pobre, pobre pero cariñoso, yo soy como el espinazo, pelado pero sabroso.
· Eres chiquita y bonita, eres como yo te quiero, pareces campanillita, recién hecha del platero.
Abuela:
· Para la chola el cholito, para la señora el señor, vallase caballerito, a otra parte con su amor.
Abuelo: y siempre estaba la chismosa de tu vecina, que cuando llevaba serentas como era tradición me tiraba baldes de agua y le avisaba a tu mamá ¿te acuerdas?
Vecina:
· Señora cierre la puerta, que tiene hijas muy donosas, si entra algún pobre, darán su corazón por limosna.
· Hermosa cierra la puerta, aldaba tu corazón, si dejas la entrada abierta ¿Qué culpa tendrá el ladrón?
Abuelo:
· Corazón sufre callado, no publiques tu pesar, pues el pesar publicado, otros miles suele llamar.
Vecina 2:
· Piensan los enamorados, piensan y no piensan bien, piensan que nadie los mira, y todo el mundo los ve.
Abuela: que tiempos aquellos, tu abuelito era bien insistente y además supo ganarse a mi familia, como siempre fue un muchacho trabajador y honrado, y ganaba todos esos concursos.
Niña 1: abuelito si has sido todo un conquistador
Abuelo: je je je al poco tiempo del cortejo nos casamos en la iglesia Mayor y siempre recuerdo esas fiestas.
Niña: creo que tengo suficiente información para escribir la obra, que les parece si damos una vuelta por el Malecón
Abuela: claro vamos, y al regreso comemos muchines.
ANA MARIA CANDELL SALDARREAGA
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